Salmón orgánico de Cooke: una producción inédita para la industria en el país

La producción orgánica combina las mejores prácticas medioambientales y de cultivo, un elevado nivel de biodiversidad, la conservación de los recursos naturales y la aplicación de exigentes normas sobre bienestar animal y bioseguridad en la producción.

Bajo la consigna “Sostiene el planeta que te sostiene”, la empresa de capitales canadienses, Cooke Chile, anunció la cosecha del primer centro de cultivo de salmón orgánico certificado del país, alcanzando un hito en la historia de la acuicultura mundial.

Según indicaron desde la compañía, este proyecto no solo representa un nuevo estándar en la forma de producir salmón en Chile, sino que además simboliza la entrada de nuestro país al mercado internacional del salmón orgánico, considerado por muchos como parte fundamental de la solución alimentaria del futuro. “Este logro se enmarca en el compromiso de Cooke con prácticas más exigentes en la producción de salmón de cultivo en el mundo, con miras a fortalecer su reputación y contribuir a la sostenibilidad de la industria”, destacó Andrés Parodi, gerente general de Cooke Chile.

Nuevos estándares de producción

Para concretar este desafío, que se extendió por cerca de cuatro años, Cooke debió implementar importantes cambios en la totalidad de la cadena productiva, para cumplir debidamente con los estándares de producción exigidos por la Unión Europea (UE). Y es que la producción orgánica combina las mejores prácticas medioambientales y de cultivo, un elevado nivel de biodiversidad, la conservación de los recursos naturales y la aplicación de exigentes normas sobre bienestar animal y bioseguridad en la producción.

El salmón orgánico no puede producirse en espacios utilizados previamente en cultivos tradicionales, sino que debe ser cultivado en centros que han sido previamente acondicionados y certificados. Por lo anterior, antes de iniciar la producción, la compañía debió vaciar, limpiar e higienizar integralmente sus instalaciones.

Las pisciculturas debieron pasar por un período de seis meses de higienización y descanso productivo, mientras que las estructuras a mar abierto lo debieron hacer por un período de tres meses. La alimentación de los peces no estaba disponible en Chile según el estándar orgánico.

Por esta razón, la compañía debió importar desde Escocia el total de las toneladas de alimento certificado necesario para llevar a cabo la producción orgánica. El proceso de cultivo también fue realizado bajo exigentes estándares, que se asocian principalmente a la mantención de los salmones a bajas densidades, minimizando el nivel de estrés, con un alto nivel de bienestar animal y con el uso exhaustivo de tecnologías e infraestructura de última generación.

Es probable que esto marque un antes y un después en la industria salmonera nacional y, me atrevería a decir, también en la producción a nivel global”, anunció el ejecutivo.

Asimismo, los equipos multidisciplinarios de Cooke Chile debieron adquirir nuevos conocimientos, necesarios para llevar a cabo la implementación del estándar orgánico de manera óptima, mediante un proceso de capacitación que comprendió 460 horas de trabajo.“Estamos hablando de una gestión inédita en el país, que demuestra que es posible producir alimentos de alta calidad en armonía con el entorno.