
La tecnología también llegó al tocador. Hoy, aparatos como rodillos faciales con microcorriente, limpiadores ultrasónicos o dispositivos LED están disponibles para el uso en casa, con resultados visibles.
Muchos de estos gadgets prometen mejorar la circulación, estimular el colágeno y potenciar los productos aplicados. Si bien no reemplazan a un tratamiento profesional, sí ofrecen un complemento real.
El auge del “home spa” también responde a la necesidad de más autonomía y tiempo para uno mismo, sin depender de centros estéticos.
¿Vale la pena invertir? Depende de tus objetivos, pero la combinación de tecnología y constancia puede ser un gran aliado.